miércoles, 14 de julio de 2010

Diario del Amanecer


Se puede tener en cuenta cada vez que despierta y persibe lo mismo, el trino de los pájaros, el grito de la lluvia a veces, los sollozos de un niño, la fuerza cotidiana que agobia para que abrira los ojos. Los pensamientos asechan hasta devorar la espiritualidad e interrumpen sus sueños. Llora y no sabe de que, se queja y no responde la razón. Para que soñar con la dulzura de lo amargo, por que inventar los pasos en el tiempo cuando el tiempo ya se fue.
Esta solo, ya no puede mas, entonces irrumpe la incertidumbre mirandolo dentro de su ser y experimenta haciendo que se torne muy confuso. Nunca escapa de las andanzas de la ironía de cada día.
Escoge un rincón y desesperado se acopla al silencio y te rodea de su brisa, la puede probar, le da gusto al paladar y sonrie pero es imposible estar en esa dualidad que casi lo mata.
¿Donde estan los caramelos y el alogodón de azúcar que prometen los sabios? pero el silencio es el diario del amanecer.
Cuanta locura, cuanto capricho necio e insoportable, que estuporoso rompe sin cesar los cristales de la esperanza fecunda, acomodandose en el corazón de la conciencia para ver la luz del alma que tiene poca inspiración. Ya no es la la inspiracion divina y seductora. Es una ramera marchita en un solar desierto, es una tarde pálida, un rosa gris, una cultura analfabeta, y llora y sufre. El alma ya no puede más, cayó al ser despojada de su respiración fértil.
Un día nuevo, sigue caminando y despertó de su pesadilla, llega, abre la puerta y se va otra vez en lo profundo de su ciencia.